¿Piloto maldito por el vudú?

¿Qué ocurrió? Justo antes de que despegara el vuelo DE 3163 de Jamaica al aeropuerto de Francfort, pidió un vaso de agua en el bar. Vació el vaso de un trago. Miró ansiosamente a su alrededor cuando se dio cuenta de que el vaso de agua se había transformado en un vaso de pura ginebra. ¿Magia negra? No, el piloto jugó al póquer con la seguridad de sus pasajeros.

Obviamente, Condor Flugdienst le prohibió volar. En consecuencia, el vuelo se retrasó. Los pasajeros, y EUclaim, se quedaron perplejos cuando Condor declaró que se trataba de una circunstancia extraordinaria porque la seguridad del vuelo estaba en riesgo. En que la seguridad del vuelo estaba en riesgo, estamos todos de acuerdo.

Sin embargo, el hecho de que la compañía aérea obligara a los pasajeros en esta situación de misteriosa alquimia a iniciar un procedimiento judicial para que la compañía aérea se atuviera al Reglamento CE 261/2004 es muy inapropiado. El Tribunal de Fráncfort (asunto: 31 C 2765/12) también lo consideró así.